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Es imprescindible recomendar y animar al viajero a que descubra la riqueza gastronómica de Jumilla, sus platos más típicos, sus tapas, su apreciada repostería, su aceite de oliva, así como el auténtico sabor de sus quesos de cabra y sus vinos, ambos con Denominación de Origen. La cocina típica procedente de las diversas culturas asentadas en esta tierras, la influencia de la gastronomía Murciana y Manchega, junto a los rigores invernales y la dureza de las labores campesinas en su origen, han dado lugar a unos platos apetitosos y variados, muy nutritivos y de gran valor calórico. Los más destacados son los que indicamos a continuación:
Asimismo hay que destacar también en el amplio recetario jumillano, el Arroz y conejo con caracoles, el cabrito frito con ajos, las fritillas, el mortirigüelo o el trigoentero, éste último una comida cuaresmal típica de Jueves Santo.
En cuanto a los dulces tradicionales, el viajero podrá degustar verdaderas exquisiteces en su paladar. En su origen, la mayoría eran típicos de Navidad, y son conocidas como "frioleras", aunque actualmente se elaboran y consumen durante todo el año. Aunque hay una gran variedad, quizás las más conocidas son:
Mención especial en este apartado dedicado a conocer la gastronomía de Jumilla, son los vinos con D.O. Jumilla, perfectos acompañantes para cualquiera de los platos anteriores.
La Denominación de Origen Jumilla fue creada en 1966. Su zona de producción se encuentra en las provincias de Albacete y de Murcia, incluyendo los municipios de Jumilla, el cual da nombre a esta denominación, Fuenteálamo, Ontur, Hellín, Albatana, Tobarra y Montealegre del Castillo.
El clima con inviernos fríos, primaveras suaves y veranos muy calurosos y secos, acompañado por la escasez de lluvias, hace que esta tierra sea el lugar adecuado para el cultivo de la variedad de uva Monastrell, la más importante en la Denominación de Origen. A partir de esta variedad se obtienen unos excelentes tintos de color rubí intenso, con tonos violetas y abundantes aromas frutales, franco en nariz cálido en boca.
Otras variedades son la Garnacha, Garnacha Tintorera, Cencibel, Airen, Pedro Ximenez, Macabeo, Syrah, Merlot, Cabernet-Sauvignon.
Los vinos blancos se elaboran fundamentalmente con la variedad Macabeo. Son en general vinos limpios y brillantes, con tonalidades del amarillo verdoso al amarillo pálido, con aromas afrutados, limpios y frescos; en boca son ligeros y limpios, destacando su frescura, ligereza y equilibrio.
Los vinos rosados se obtienen principalmente a partir de la variedad Monastrell, por estrujado de ésta y cortas maceraciones de pulpa y hollejo; son vinos limpios y brillantes, con tonalidades muy atractivas como rosa, frambuesa, cereza, con matices morados en cuanto a aromas son limpios y elegantes, frutosos y florales, manteniendo los aromas de la variedad; en boca son carnosos, sabrosos y frescos, con amplia retronasal.
Los vinos tintos están dominados por la presencia de la uva autóctona Monastrell, aunque estos también se complementan con otras variedades de la Denominación de Origen. Estos vinos sobre todos los jóvenes, tan de moda actualmente, se caracterizan por ser muy explosivos en la nariz, su frutosidad (frutos negros, frutas maduras, cereza, fresas, grosella), su fuerte color, generalmente rojo púrpura intenso con ribetes morados, en boca tienen estructura y fuerza, con taninos vivos y persistentes.
Los vinos crianza son sabrosos, carnosos, aromáticos, complejos. Los vinos dulces naturales son vinos tradicionales de gran calidad que siguen teniendo vigencia y buen futuro.
En conjunto, los vinos de la Denominación de Origen Jumilla son vinos que han conseguido un alto nivel dentro del panorama vinícola español, siendo en la actualidad, de los vinos más premiados en concursos nacionales e internacionales. Así que, no se sorprenda si encuentra los vinos de Jumilla en los mejores rincones del mundo, ya que son de calidad extraordinaria.